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miércoles, 23 de mayo de 2018

DEL COLOR DE LA LECHE, de NELL LEYSHON

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Finalizamos las actividades de dinamización de la biblioteca Remigio J. Aguayo de este curso con una tertulia sobre el libro de Nell Leyshon titulado Del color de la leche y no podemos negar que, tanto el tema como el estilo literario de la autora, para bien o para mal, no ha dejado indiferente a ningún miembro de este grupo.

Lo que a algunos parece tendencioso y no creíble, a otros, la mayoría, parece un vivo reflejo de una realidad extrapolable a un tiempo más reciente e incluso a muchos lugares de hoy en día.

La autora ha querido dar voz a una niña del siglo XIX perteneciente a la clase trabajadora, criada en un entorno rural, fundido con los olores y valores de un medio en el que la vida viene marcada por el trabajo duro y constante de sol a sol, sin otras normas ni otro ritmo que el que marca la naturaleza. 
Una niña, Mary, espontánea, franca, que no entiende de remilgos ni recovecos, que dice lo que siente porque, entre otras cosas, en su mundo no ha hallado lugar para los sentimientos y mucho menos para disfrazarlos. Es una niña albina, su pelo es "del color de la leche"; con una minusvalía física, cojea; con tres hermanas, todas ellas mujeres; con un abuelo, del que solo ella se ocupa; una madre, de la que poco o nada se habla y un padre duro y autoritario, que no conoce más que la fuerza para manejar o dominar a su prole.

Y para dar voz a esa niña, la autora ha escrito el libro intentando imitar el estilo que hubiera tenido Mary. Porque, quizá, el principal objetivo de esta obra sea contar lo que muchas personas, especialmente mujeres, de esa época y de ese entorno social, hubieran contado si hubieran tenido la oportunidad de saber leer y escribir. El libro es una respuesta a esa pregunta que ya se plantea en el prólogo.

Estructurado en cuatro estaciones, como etapas de una vida, el libro nos muestra una realidad enfrentada en dos ambientes sociales diferentes. Dos ambientes marcados por diferentes olores, porque este libro huele, nos hace oler...
La casa de Mary huele a vaca y a estiércol, huele a campo y a leche, huele a miseria, a ropa mugrienta y a sudor...

La casa del vicario huele a barniz y a pan blanco, a ricos manjares, al calor de la chimenea, a naftalina y a jabón...

En la primera no hay nada más que lo estrictamente necesario en un entorno de supervivencia, no hay adornos ni florituras porque no hay lugar para los lujos ni para nada supérfluo. Se trata de una vida sin tiempo, respetuosa y acorde con los ritmos que la naturaleza impone "no hay reloj, nos levantamos cuando hay luz, nos acostamos cuando está oscuro, los animales no tienen relojes y parecen que se apañan” .”comemos cuando el estómago ruge”,

En la segunda hay más habitaciones que habitantes, hay símbolos del ocio y tiempo libre, y hay una absoluta incomprensión y desconocimiento hacia aquellos a los que nunca se les dio la oportunidad de acceder al saber, tal y como podemos encontrar en la frase que pronuncia Mary cuando la esposa del vicario le pregunta si sabe tocar el piano "¿dónde cree que iba a aprender a tocar, en la pocilga de los cerdos, en el gallinero?".

En esta novela hemos conocido los pensamientos de una sociedad patriarcal en la que las mujeres están plenamente sometidas, invisibles, dóciles..., con un padre frustrado por tener solo hijas que “ninguna tiene el buen juicio que tiene un hombre, ninguna puede trabajar como un hombre “.

El libro muestra una sociedad dividida, que, desde los ojos del hoy, no podemos dejar de ver injusta, aunque en ese momento nadie, o casi nadie, tuviera conciencia de tal. Porque el poder, y de su mano la religión, ya se encargaron de que cada cual asumiera su rol con naturalidad y conformismo. De hecho Mary prefiere su miseria a un entorno que le es hostil y en el que no se siente libre. 
Y no cree Mary que las personas y los animales sean tan distintos como creen los privilegiados "en la jerarquía de la vida, la persona que te emplea debería estar por encima del cerdo, las personas y los animales son muy diferentes", a lo que Mary responde: "para mí no son diferentes, hay cosas que los dos hacen que son iguales".
 
Y no podemos dejar de pensar en cuántas Mary ha habido en el pasado, cuántas Mary siguen existiendo, viviendo su miseria a escondidas, cuántos hijos se han ocultado, se han vendido o se han atribuido a otros padres solo para proteger a los poderosos, a esos que han usado su situación de privilegio social, político o económico para someter a los que estaban por debajo y no podían hacer nada en su defensa, porque cualquier salida posible era para mal o para peor. 
Y, cuando eso ocurre, cuando se usa la fuerza o el poder para someter, cuando se le niegan oportunidades a unos mientras que se regalan a otros las que no merecen, cuando se priva del saber y la cultura a una parte del pueblo para que nunca ellos puedan contar su historia, entonces, tal vez haya otros términos para describir esta situación, pero yo no conozco otro mejor que el de la más clara INJUSTICIA.
Y cierto es que la mejor herramienta para combatir la injusticia (ya lo dijo Sócrates, mucho más tarde Kant, y ya lo vienen diciendo desde siempre los filósofos) es la cultura. 
Mary tuvo la oportunidad de contar su historia porque el vicario (aunque no desinteresadamente) la enseñó a leer. Quiso contar su historia desde el principio, sin olvidar nada, a sabiendas de que no la iba a librar de nada.
Es la oportunidad y la voz que Nell Leyshon le ha dado. Es la oportunidad que la lectura y la escritura, principales instrumentos de la cultura, nos da para conocer lo que muchos no quieren que conozcamos, para que nunca perdamos nuestro derecho a ser críticos, a cuestionar un medio con el que no tenemos por qué conformarnos.



martes, 10 de abril de 2018

UNA HISTORIA VERDADERA, de DAVID LYNCH

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Basada en una historia real ocurrida en 1994, la película nos cuenta el viaje emprendido por un anciano desde el Estado de Iowa hasta el norte de Wisconsin para ver a su hermano que acaba de sufrir un infarto y con el fin de reconciliarse con él después de diez años sin hablarse, "por causa de la ira, los malos rollos y el alcohol".
En vista de que no puede renovar su carné de conducir por sus problemas visuales, el protagonista decide recorrer estos 500 kilómetros en una máquina cortacésped a la que ha enganchado un curioso remolque.
Se trata de un viaje purificador, lento y gradual que le servirá para preparar su ánimo para el encuentro y para contar su historia así como para expurgar sus demonios gracias a los personajes que, a lo largo del recorrido, encuentra.
Quien conoce la filmografía de Lynch, no deja de sorprenderse con esta cinta tan diferente a todo lo que nos tiene acostumbrados.  Pero Lynch no se resiste a abandonar del todo a esos personajes atormentados, nerviosos y estresados que aparecen en Terciopelo azul o Corazón salvaje, entre otras. Muestra de ello es esa conductora que, muy a su pesar, atropella ciervos en su camino habitual. Y, frente a ellos, ahí está este anciano con la sabiduría y serenidad que la vejez otorga, regalando consejos a quienquiera que encuentra y decidido a asumir todos los riesgos imaginables con tal de poderse sentar junto a su hermano y mirar juntos las estrellas.
Y esta película nos deja ese buen sabor que queda tras comprobar que el mundo está lleno de gente sencilla, gente buena, solidaria y honrada, dispuesta a ayudar a sus semejantes. Esa pequeña gente, anónima, que no aparece en los libros, que no recibe premios ni honores, que no sabe de maldad ni de codicia, pero que cada día siembra un poquito de paz y amor allá por donde pasa. Esa gente, los verdaderos héroes, de los que pocos hablan porque parece mejor hacernos creer (creo sospechar con qué propósitos) que la malicia, el odio y la corrupción es lo que impera.
Geniales interpretaciones, tanto del protagonista como de esa hija que ha aprendido a vivir tras una terrible historia. 
Una película que nos hace reflexionar sobre la vulnerabilidad del ser humano y sobre cómo en la conciencia de esa vulnerabilidad reside precisamente nuestra fuerza.
Con un ritmo lento, con silencios que dicen más que mil palabras, con la extraordinaria belleza de esos paisajes de EE. UU. y con la sensual y relajante música de Angelo Badalamenti, Lynch nos ha hecho pasar una muy agradable tarde de este insólito mes de abril.

sábado, 17 de marzo de 2018

ENCUENTRO CON EL AUTOR JOSÉ SÁNCHEZ CORTÉS.

 En el IES Jorge Guillén de Torrox, una tarde de viernes que huele a primavera, nos reunimos en la biblioteca para encontrarnos con el escritor local, José Sánchez Cortés.
El objetivo de nuestra cita era comentar su trayectoria como escritor y, en concreto, los motivos y circunstancias que le llevaron a dar un salto de la poesía a la publicación de su primera novela, El agua de los nogales.
Pepe, así es como lo llamamos, nos hizo un recorrido de su vida a través de sus poesías y, gracias a estas, pudimos acercarnos a sus vivencias y a sus seres queridos. Quedamos gratamente sorprendidos por su gran capacidad memorística y, muy especialmente, por su enorme sensibilidad. 
Después, muchos conocen ya su nuevo libro, Zalia, y quisieron conocer anécdotas y datos sobre el mismo. Y, finalmente, nos centramos en su primer libro.
Coincidimos en considerarlo como una obra menor, aceptable como el trabajo de un principiante pero insuficiente si pretende quedarse ahí. Creemos que falta sustancia, tanto en la construcción de la historia como en la profundidad psicológica de los personajes. Es un libro carente de alma, quizá porque al escribirla le ha faltado tiempo, quizá porque ha mirado más la forma que el contenido, quizá, en definitiva, porque no ha buscado bien dentro de sí mismo.
Creemos que en Pepe hay un potencial aprovechable si sabe encontrar su camino, descubriendo aquello que le confiere genuinidad. En Pepe hay poesía, nunca debe apartarse de ello, porque es esa sensibilidad, ese erotismo con que juega con las palabras lo que le hace auténtico y es por ese lado por dónde creemos que ha de explorar y sumergirse en las profundidades.
Su compañía nos llevó a ignorar el paso del tiempo y fue así como llegó la noche y, con ella, el remate de la actividad: nuestro suculento tapeo que adquirió el nivel de una generosa cena.
Una vez más nuestra biblioteca se llenó de vida, y sobre todo de todo ese arte que rezuma por cada esquina de este pueblo.


martes, 20 de febrero de 2018

CINE-FORUM: MYSTIC RIVER, de Clint Eastwood

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En el IES Jorge Guillén de Torrox, en una agradable tarde de febrero, después de una noche de lluvia, nos reunimos los componentes de las tertulias que cada mes se celebran en la Biblioteca Remigio Aguayo para ver y comentar una película, Mystic river de Clint Eastwood.

La mayoría conocía esta historia y era la segunda o tercera vez que veía la película. Para otros, ha sido un descubrimiento unánimemente interesante.

Durante la proyección, he mirado las expresiones de mis compañeros de mesa de camilla y he encontrado indignación, impotencia, amargura, tristeza... Porque Mystic river es una película, entre otras cosas, de sentimientos. Se refleja la venganza, la mala conciencia, la depravación, el rechazo a los débiles, el valor de la apariencia, el darwinismo social en el que solo los fuertes sobreviven. Pero, ante todo, la película denuncia la patología de esa sociedad americana hipócrita, puritana, que es capaz de perseguir a quien bebe en la calle pero que aplaude a quien almacena armas en su domicilio.
Es una sociedad capaz de eliminar todo lo que "sobra" con tal de proyectar una imagen de éxito, de felicidad, de "normalidad" y es por eso que hay que transmitir la sensación de que todo se controla, de que "quien la hace, la paga", aunque tras ese orden aparente se escondan multitud de errores, de injusticias. Y, lo más exasperante, es el papel que ciertas instituciones juegan en ello. (Pensemos en el protagonismo que tiene en la película la Iglesia...)

Creemos que el trabajo de Clint Eastwood es inmejorable. Ha sido capaz de esconder sus tendencias políticas y rodearse de los mejores profesionales para dar vida a estos personajes, independientemente de la ideología de cada uno. Nadie podría haber interpretado mejor a cada uno, porque son actores que no representan un papel sino que son ellos mismos, realmente, los personajes que encarnan. Se meten tan dentro de su trabajo que no parece que estén actuando. Merecidísimos los premios recibidos por Sean Penn y Tim Robbins. Pero además hay un maravilloso trabajo de dirección en el cuidado de ese lenguaje cinematográfico capaz de dar a cada escena la iluminación y el marco necesarios para que la historia nos cuente aún más cosas con estos elementos que con las palabras. Hay autenticidad en cada detalle, en cada personaje, incluso en ese tendero que ya intervino junto a Eastwood en El bueno, el feo y el malo, Eli Wallach. Y, ¿qué decir de ese poli negro que más que un actor es un policía auténtico?

Genial la interpretación de la mujer de Jimmy que condensa en los últimos momentos de proyección toda la filosofía que antes he mencionado. Sibilina, manipuladora, animando al matón a seguir siéndolo porque hay que mantener el orden caiga quien caiga y porque solo vale la fuerza en un mundo en el que los débiles estorban y han de ser eliminados.

Tal vez tengamos algo que objetar sobre el personaje de la mujer de Dave, que está un poco sobreinterpretado. Le sobran muecas, ñoñería y, si bien es cierto que no nos ha despertado mucha simpatía, también es comprensible su reacción de duda, de desconfianza, porque siempre desconfiamos de las personas marcadas, porque nos asustan los traumas, las debilidades.

Y, como no podía ser de otro modo, ahí está ese desfile lleno de música, color y banderitas americanas porque eso es lo importante: que todo continúe, que nadie cuestione nada más, "que siga la fiesta".

martes, 23 de enero de 2018

TERTULIA LITERARIA: MEDIA VIDA, de Care Santos


Estrenamos las tertulias de este año con la lectura y comentario de Media vida, de Care Santos. Coincidimos en que se trata de un libro de fácil lectura y comercial, como hemos sabido que han de ser los candidatos al Premio Nadal, premio obtenido por esta novela el pasado año.
Ahora bien, mientras para unas el libro ha sido entretenido, interesante y cautivador, a otras ha aburrido, no ha enganchado e incluso opinan que los personajes están mal dibujados o son demasiado estereotípicos.
No obstante, comprobamos que la novela da para hablar de muchos temas y es así que hemos coincidido en considerar que constituye un reflejo de una época marcada por el miedo. Una época en que la mujer se sentía perdida, ajena a su verdadera identidad por verse forzada a adquirir patrones de conducta demandados por la sociedad del momento. Creemos que el libro es, ante todo, un homenaje a la mujer y un propósito de dar visibilidad a esos seres que se han visto impulsados por las circunstancias a cambiar de nombre o de corte de pelo a lo largo de sus vidas porque no hay mujer de cierta edad que "pueda llamarse Mari Loli" o "que lleve una espléndida melena"...
Se trata de una novela muy urbana, no extrapolable a la situación vivida en esa misma época por las mujeres de ambientes rurales y, aunque los modelos de mujer se repiten y podemos encontrarlos aún, hay hechos que contextualizan muy bien la historia y es esa descripción en pocas pinceladas de la vida en los colegios de monjas, en los que la caridad cristiana se expresa de modo proporcional a las posibilidades económicas... 
Vemos cómo la falta de cariño genera agresividad y resentimiento y cómo hay situaciones en que difícilmente podríamos ser diferentes a como fuimos. Y es todo eso lo que la cultura y la inteligencia ayuda a comprender y es por eso que Julia llega a ese nivel de aceptación de la realidad que no todas entienden.
Hay referencias históricas que todas conocemos, que todas vivimos más o menos de cerca y que van marcando los tiempos de una historia que concluye en 1981, cuando asoma esa década del destape, del adiós a esa larga censura, a esa ridícula represión. Tal vez por eso la autora ha querido que sea ese el momento en que los personajes se desnuden y sean capaces de revelar los sentimientos y pensamientos más íntimos, ayudados (cómo no!) por unas dosis de alcohol, el desinhibidor universal...
Podemos jugar a no leer el libro página a página, porque son posibles los saltos sin perder el hilo, porque podemos leer la historia de cada personaje en el orden que queramos, ya que todo comienza con un suceso y culmina con un ejercicio de catarsis al que podemos llegar por varios caminos.
Entre líneas, leemos que la escritora se ha inspirado en personajes reales, personajes atrapados en su condición de mujer y jugando a representar un papel con miedo a salirse del mismo. 
Demasiadas coincidencias a veces, demasiado previsible quizá, pero, en general, un libro agradable que nos lleva a una última reflexión: ¿es posible o cierto el perdón? , ¿podemos perdonar lo imperdonable?, ¿sólo el triunfo personal nos lleva a aceptar un pasado de continuas humillaciones o vejaciones?
Ahí lo dejamos esperando volvernos a encontrar en la próxima tertulia sin ver vacía la silla que ocupa uno de nuestros tertulianos cuyo comentario y compañía hoy hemos echado inmensamente en falta...

martes, 12 de diciembre de 2017

TERTULIAS LITERARIAS: TARDE DE MAGIA/MENTALISMO

 En el IES Jorge Guillén de Torrox, tras un día marcado por la lluvia y el viento, los miembros de las tertulias de nuestra biblioteca, así como algunos vecinos de la localidad, tuvimos ocasión de disfrutar de la mágica y amena compañía de Luciano.
Una vez más, nos sentimos orgullosos de formar parte de una comunidad en la que el talento sobresale y se manifiesta en sus múltiples facetas.
En este caso, Luciano nos sorprendió con la rama más difícil de la magia, el mentalismo, y nos hizo disfrutar como niños. No faltaron risas infantiles de sorpresa ante la aparición de Campanita, ni miradas de admiración de adultos, ni algún que otro gesto de temor ante lo que no podemos, o no sabemos, controlar. 
Muchos quisieron aprender mucho más de este maravilloso mundo. Luciano complació a todos descubriendo algunos trucos que no sirvieron más que para transmitir nuevas ilusiones y sorpresas, porque el mundo de la magia es infinito e ideal y, si bien requiere un arduo aprendizaje, una gran dosis de perseverancia y una práctica continua, muchos queremos seguir pensando que la ilusión no está reñida con el saber y que es bonito que este mundo racional venga siempre acompañado de unos toques de fantasía, para no hacernos perder la ingenuidad y el entusiasmo de ese niño que un día fuimos... 
Gracias, Luciano, por estar con nosotros, por olvidar por unas horas tu dolor de garganta y por hacernos ver que no hay nada que enriquezca más a un ser humano que tener una pasión y un deseo de compartirla.


miércoles, 15 de noviembre de 2017

CINE-FORUM SOBRE AMERICAN BEAUTY, DE SAM MENDES


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El pasado lunes 13 de noviembre, en el IES Jorge Guillén de Torrox, tuvimos la oportunidad de ver y comentar la película de Sam Mendes titulada American beauty
Era una actividad que teníamos programada desde comienzos del curso y no contábamos con la noticia de actualidad que ha llevado a Kevin Spacey a confesar públicamente su homosexualidad tras la denuncia por abuso sexual que ha sufrido recientemente. Nos planteamos qué puede haber detrás de todas esas denuncias. ¿Verdades, intereses, mojigatería, caza de brujas? Dejando al margen la política, centrémonos en el cine...
Sam Mendes es un hombre de teatro y, como tal, ha cuidado en esta película que la interpretación de sus actores sea totalmente impecable. Todos y cada uno están perfectos en su papel. Son capaces de expresar las emociones más contradictorias y transmitir al espectador un inmenso desasosiego. 
Tras esa omnipresente cámara que todo lo graba, y que parece prever ese culto a la imagen que hoy constituye la esencia de nuestra sociedad, se refleja una inteligente crítica a ese sueño americano que antepone el tener al ser. La belleza americana frente a la auténtica belleza que radica en las pequeñas cosas...
Personajes atrapados en una existencia ajena por empeñarse en representar una imagen de éxito a través de una familia modélica, una vivienda impecable y un trabajo bien remunerado. Pero tras esa apariencia se esconde una absoluta infelicidad. Un quehacer que aburre, un matrimonio a la deriva, una falta de comunicación. Y, cuando la amargura se instala en el corazón, el ser humano busca mecanismos, conscientes o inconscientes, para defenderse de la frustración. La película muestra una amplia galería de mecanismos de defensa: formación reactiva (el homófobo que huye de sus impulsos homosexuales), negación (quien se vuelca en el trabajo para no afrontar un conflicto familiar), proyección, identificación, fantasía, etc...
La película provoca más de una carcajada. Pero son risas tan cargadas de ironía que nos dejan un regusto amargo y nos hacen reflexionar sobre esos valores occidentales que lo impregnan todo y que conducen a una vida inauténtica en la que la insatisfacción se adereza con una empalagosa "salsa sonriente".

Dejo aquí el dossier que entregamos para el coloquio sobre la película:

martes, 24 de octubre de 2017

EL BAILE, de I. NÉMIROVSKY

Con el entusiasmo que caracteriza el reunirnos tras un largo verano, los integrantes de las tertulias del IES Jorge Guillén nos agrupamos alrededor de nuestra acogedora mesa de camilla para comentar el libro que, en esta ocasión, tenemos entre manos.
Coincidimos en que El baile, de I. Némirovsky es un libro de fácil lectura que a todos ha gustado en mayor o menor grado. Nos parece un magistral ejercicio de síntesis para reflejar con una pluma precisa y certera la hipocresía social. 
Con una estructura lineal, sin florituras ni complicaciones innecesarias, Némirovsky ha conseguido generar en el lector un clima de suspense que te lleva a leer la historia quizá en el tiempo que dura un programa de lavado rápido en la máquina.
Tal vez puedes sentir la impresión de haberte perdido algo, de esperar algo más. Pero, cuando terminas esta lectura y reposas tan sabias palabras, descubres que es magnífica la capacidad de la escritora para apuntar tantos temas en tan corto espacio. 
El libro es como un dardo directo al corazón que te muestra con claridad meridiana una situación intemporal sobre nuestra forma de vivir y de ser. Porque seguimos viviendo más hacia fuera que hacia dentro, porque la búsqueda del éxito social sigue eclipsando el hallazgo del triunfo personal, porque seguimos persiguiendo valores que nos alejan de la satisfacción real y plena.
Encontramos dos intentos diferentes de salir de la invisibilidad. Por un lado, una madre a quien la fortuna ha llevado a cambiar de status y necesita a toda costa ser reconocida; por otra parte, una adolescente que sufre la incomprensión y el desinterés que hacia la infancia sentimos los adultos y quiere acceder a ese mundo que le llevará a dejar de ser ninguneada. 
Una inmensa falta de comunicación en la familia, una venganza tan cruel como divertida y, por encima de todo, una reflexión sobre la fragilidad de una vida que se erige sobre la apariencia y la búsqueda del reconocimiento social.
Una pequeña joya que nos ha dado para hablar sobre la psicología del nuevo rico, sobre la prescindible o conveniente hipocresía social, sobre la incomunicación, sobre el sentido del éxito y, especialmente, sobre la relación inversamente proporcional entre la pobreza material y la espiritual, a veces.
Un libro con matices autobiográficos en el que la autora claramente ha expresado la infelicidad de su infancia, la difícil relación con su madre y los cuestionables valores del ambiente en que se crió. Una lectura muy recomendable.

miércoles, 21 de junio de 2017

EL OLIVO, de ICIAR BOLLAÍN

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A pesar de las altas temperaturas que acompañan a este fin de primavera y con la sola ayuda de abanicos para ahuyentar el calor plomizo de este día, aquí está el grupo que forma las tertulias del Jorge Guillén al pie del cañón para no faltar a la última cita de este curso, incluso con un nuevo miembro que contribuye a dar a nuestro grupo un aire internacional. 
Se oyen algunas carcajadas durante la proyección, y se sienten resbalar algunas lágrimas, porque la película es un baile constante de la diversión a la impotencia, de la ilusión al desencanto, de la decepción a la utopía. 
Y es curioso que la risa y el llanto se mezclen para no siempre acompañar a los momentos divertidos y dramáticos, respectivamente. 
Hay tanta irracionalidad en esa lucha solitaria y tanta poesía en esa resistencia pacífica que no puedes dejar de sentir que la vida merece la pena si estás dispuesto a defender un ideal. Merece la pena gritar a los cuatro vientos que vivir, estar en paz con la naturaleza y con uno mismo, es el mayor bien. Y que anteponer el valor del poder o el dinero a la vida es un tremendo error que traerá consecuencias desastrosas para todos. 
La película no es ingenua en absoluto, ni tampoco está alejada de la actualidad. Hay muchos frentes abiertos en el mundo en los que gente pequeña hace cosas pequeñas para cambiar el mundo y es bienvenido ese mensaje de que no hay nunca que abandonar porque "a veces hay que lanzarse y confiar en que encontrarás buena gente que apoyará tu lucha y la hará crecer".
Hay mucha belleza en las imágenes de esta película. Miradas que lo dicen todo, paisajes que hablan por sí solos, el reflejo de una situación a que nos llevó una época en la que el engaño, la codicia y la corrupción hicieron estragos. Una época cuyas consecuencias aún se perciben con nitidez. 
Y, sobre todo, hay una lección de filosofía: un árbol, un olivo milenario, un elemento de la naturaleza, no es, o no debe ser, un objeto de consumo, porque la tierra no nos pertenece, porque no es canjeable por bienes materiales. La tierra, la naturaleza, es una herencia ancestral que tenemos el compromiso y el deber de mantener intacta para las futuras generaciones. 
Lo que hoy destruyamos nos pasará factura mañana y quizá cuando lleguemos a comprender esto ya no haya remedio.
Las tertulias del Jorge Guillén 


Os dejo aquí el folleto elaborado para presentar la película.


martes, 23 de mayo de 2017

EL LIBRO DE LOS BALTIMORE, DE J. DICKER

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Tras un breve paréntesis, volvemos a dinamizar nuestra biblioteca, en esta ocasión para compartir nuestras opiniones sobre uno de los libros que propusimos a comienzos de curso: El libro de los Baltimore, de Jöel Dicker.
Ni que decir tiene que se trata de una lectura entretenida que, si quieres, puedes devorar en poco tiempo. Es un libro ameno, de lectura fácil y que no implica en absoluto quebraderos de cabeza. Ideal para evadirse sin más.
Sin embargo, conforme vamos desgranando la trama, las situaciones, los personajes, nos hemos ido dando cuenta de que es mucho más lo negativo que podemos decir del libro.
Si te crees la historia, tal vez te resulte triste porque habla de acoso, de envidias, de celos ante los que siempre tenemos más cerca. Habla de destrucción de sueños, de desmoronamiento familiar... 
El problema es que no es fácil creerse la historia y es aquí donde nos formulamos tantas preguntas: ¿por qué esos saltos cronológicos sin ton ni son?, ¿por qué se fabrica una historia en la que casi con calzador aparecen esos temas de los que toda novela comercial tiene que hablar?, ¿por qué no te identificas con ningún personaje ni te afecta ningún sentimiento a pesar de estar escrito en un lenguaje tan fácil? ¿Acaso se trata de un cuento en el que nada es real?
La novela es sumamente visual. Se lee como el que ve una serie americana que te pasea desde Miami a la América más profunda. Paisajes solitarios con el solo signo de civilización que supone una gasolinera. Chicos fuertes y musculosos que defienden a los débiles y se convierten en el Swarzeneger de turno. Chicos listos, rebeldes e insolentes que desafían a las instituciones educativas. Adultos ricos, triunfadores, que viven en lujosas mansiones junto a mujeres floreros. La chica guapa, centro de todas las miradas, que enamora a primera vista. Todos persiguiendo un único ideal, la fama. 
Hay tantas imágenes que hemos visto en tantas películas que la lectura nos produce hastío mucho antes de terminarla. 
Y, como no, para que nada falte, ahí está esa moralina tan empalagosamente cristiana de la compasión por el chico desamparado al que convierten en un miembro más de la familia y que no causa ningún problema mientras quede claro que está por debajo en la esfera social. Ahora bien, que no supere al protector, que no robe el apellido porque entonces lo aplastaremos... Luego llegará el arrepentimiento, la redención y aquí no pasa nada.
¿Qué ha intentado el autor con esta historia? ¿Ha querido decirnos que el sueño americano es una quimera? ¿Nos deja el mensaje de que son las pequeñas esencias lo que realmente merece la pena más allá de las apariencias? ¿Ha querido que nos desinflemos al terminar el libro como se desinflaría un entusiasta buscador de El Dorado?¿Ha pretendido denunciar esos valores que hoy constituyen el eje del consumismo? 
Preguntas sin respuesta, tristeza, letargo, un libro nacido para vender y poco más.
Me quedo con una reflexión que hace el autor, esperando que su novela no contribuya a ello...
"Le dirán: Abuelo, ¿para qué servían los libros? y usted contestará: Para soñar. O para talar árboles, ya no me acuerdo. Y entonces ya será demasiado tarde para despertarse: la estulticia de la humanidad habrá alcanzado el nivel crítico y nos mataremos entre nosotros por culpa de la estupidez congénita (lo que, de hecho, ya está pasando más o menos). El porvenir ya no está en los libros, Goldman".
Las tertulias del Jorge Guillén.