Estrenamos las tertulias de este año
con la lectura y comentario de Media vida, de Care Santos.
Coincidimos en que se trata de un libro de fácil lectura y
comercial, como hemos sabido que han de ser los candidatos al Premio
Nadal, premio obtenido por esta novela el pasado año.
Ahora bien, mientras para unas el libro
ha sido entretenido, interesante y cautivador, a otras ha aburrido,
no ha enganchado e incluso opinan que los personajes están mal
dibujados o son demasiado estereotípicos.
No obstante, comprobamos que la novela
da para hablar de muchos temas y es así que hemos coincidido en
considerar que constituye un reflejo de una época marcada por el
miedo. Una época en que la mujer se sentía perdida, ajena a su
verdadera identidad por verse forzada a adquirir patrones de conducta
demandados por la sociedad del momento. Creemos que el libro es, ante
todo, un homenaje a la mujer y un propósito de dar visibilidad a esos seres que se han visto impulsados por las circunstancias a cambiar de nombre o de corte de pelo a lo largo de sus vidas porque no hay mujer de cierta edad que "pueda llamarse Mari Loli" o "que lleve una espléndida melena"...
Se trata de una novela muy urbana, no
extrapolable a la situación vivida en esa misma época por las
mujeres de ambientes rurales y, aunque los modelos de mujer se
repiten y podemos encontrarlos aún, hay hechos que contextualizan
muy bien la historia y es esa descripción en pocas pinceladas de la
vida en los colegios de monjas, en los que la caridad cristiana se
expresa de modo proporcional a las posibilidades económicas...
Vemos
cómo la falta de cariño genera agresividad y resentimiento y cómo
hay situaciones en que difícilmente podríamos ser diferentes a como
fuimos. Y es todo eso lo que la cultura y la inteligencia ayuda a
comprender y es por eso que Julia llega a ese nivel de aceptación de
la realidad que no todas entienden.
Hay referencias históricas que todas
conocemos, que todas vivimos más o menos de cerca y que van marcando
los tiempos de una historia que concluye en 1981, cuando asoma esa
década del destape, del adiós a esa larga censura, a esa ridícula
represión. Tal vez por eso la autora ha querido que sea ese el
momento en que los personajes se desnuden y sean capaces de revelar
los sentimientos y pensamientos más íntimos, ayudados (cómo no!)
por unas dosis de alcohol, el desinhibidor universal...
Podemos jugar a no leer el libro página
a página, porque son posibles los saltos sin perder el hilo, porque
podemos leer la historia de cada personaje en el orden que queramos,
ya que todo comienza con un suceso y culmina con un ejercicio de
catarsis al que podemos llegar por varios caminos.
Entre líneas, leemos que la escritora
se ha inspirado en personajes reales, personajes atrapados en su
condición de mujer y jugando a representar un papel con miedo a
salirse del mismo.
Demasiadas coincidencias a veces, demasiado
previsible quizá, pero, en general, un libro agradable que nos lleva
a una última reflexión: ¿es posible o cierto el perdón? ,
¿podemos perdonar lo imperdonable?, ¿sólo el triunfo personal nos
lleva a aceptar un pasado de continuas humillaciones o vejaciones?
Ahí lo dejamos esperando volvernos a
encontrar en la próxima tertulia sin ver vacía la silla que ocupa
uno de nuestros tertulianos cuyo comentario y compañía hoy hemos
echado inmensamente en falta...
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